La icónica muñeca Barbie que ha formado parte de nuestras vidas durante más de seis décadas, también ha demostrado una increíble capacidad para adaptarse y evolucionar. No ha sido un camino fácil, y la marca ha tenido que salir de su zona de confort para mantenerse en sintonía con las expectativas altamente cambiantes de los consumidores en toda su evolución. Durante este proceso, Barbie ha aprendido a sentirse “cómoda estando incómoda”, una lección valiosa que todos podemos aplicar en nuestras vidas personales y profesionales[1].
Hace unos años, Barbie se dio cuenta de que había perdido relevancia entre los padres y en la sociedad. La marca estaba demasiado enfocada en comunicar las características y beneficios de sus juguetes, en lugar de aprovechar el poder de la marca en su conjunto. Barbie decidió cambiar eso. La marca se “galvanizó” en torno a su visión original de “inspirar el potencial ilimitado en cada niña”. Esto llevó a Barbie a comercializar la marca como algo más que una muñeca y a reexaminar el producto en sí. La muñeca Barbie, que una vez fue conocida por su cabello rubio perfecto y proporciones imposibles, ahora representa diferentes razas, habilidades personales y profesionales y formas corporales[1].
Este cambio no solo ha hecho que Barbie sea más relevante, sino también ha fortalecido su conexión con su audiencia. Las niñas de hoy en día tienen más probabilidades de verse reflejadas en las Barbies de hoy, que representan una diversidad de razas, habilidades y formas corporales, que en las del pasado. Este es un ejemplo perfecto de cómo se puede impulsar la estrategia de marca[1].
Pero Barbie no se detuvo ahí, la marca ha estado trabajando diligentemente para garantizar mantener su relevancia a lo largo de los años. Su asociación con el color rosa es el activo más increíble que tiene Barbie. El rosa, en la moda femenina de alta costura, a menudo se conoce como “Barbiecore”, lo que demuestra el impacto de la marca en la cultura más amplia y su estrecha conexión con este color[1].
Barbie nos enseña que no podemos quedarnos tranquilos. Tenemos que seguir a nuestros consumidores, practicar el social listening, buscar continuamente estar actualizados con lo que está sucediendo en la sociedad y muy importante no tener miedo de tomar riesgos y salir de nuestra zona de confort. Como dice Barbie, tenemos que aprender a sentirnos ‘’cómodos estando incómodos”[1].
La campaña de marketing para la película de Barbie ha sido un espectáculo para la vista. Carteles rosados han adornado ciudades alrededor del mundo, y una Barbie DreamHouse de color rosa hizo su aparición en Malibú[2]. Además, marcas como OPI, Zara y Beis han lanzado sus propias colecciones temáticas de Barbie en rosa antes del estreno.
Warner Bros. y Mattel decidieron colaborar con Save The Children para empoderar a las niñas, proporcionándoles los recursos, el apoyo y la educación necesarios. Además, se está llevando a cabo una subasta de Charity Buzz para recaudar fondos para esta noble iniciativa[2].
Además de estas iniciativas, la campaña de marketing de Barbie ha innovado con la introducción del Barbie Selfie Generator. Este generador de selfies, impulsado por la inteligencia artificial, permite a los usuarios transformar sus selfies en carteles de películas y vallas publicitarias[3].“
Independientemente de si estás practicando kitesurf, trabajando o sumergiéndote en un buen libro, es fundamental tener en cuenta que siempre hay oportunidades para ser innovador. No debes tener miedo de explorar nuevas posibilidades. Quién sabe, podrías llegar a ser un líder en tu campo, al igual que Barbie lo es en el suyo.
La historia de Barbie es un recordatorio de que todos tenemos un potencial ilimitado dentro de nosotros. Al igual que Barbie, todos podemos evolucionar, adaptarnos y crecer. Todos podemos salir de nuestra zona de confort y explorar nuevas posibilidades. Todos podemos ser un símbolo de cambio y progreso. Así que, ¿qué estás esperando? ¡Es hora de desatar tu potencial ilimitado!