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El rol de las marcas en un mundo incierto

¿Cómo pueden las empresas, durante estos tiempos, desarrollar resiliencia y lograr establecer confianza con sus consumidores?

 

A lo largo de la historia hemos visto que, con cada crisis que vivimos, nos cuestionamos el rol de LAS marcas en la sociedad, y nos replanteamos las relaciones establecidas entre las organizaciones y los individuos. Ciertamente, lo estamos viendo ahora.

Gracias a la transformación exponencial y la propagación de información inmediata, el cambio de ideas, estilos de vida, hábitos y tecnologías está sucediendo a una velocidad y escala nunca antes vista. Como resultado, lo que es relevante para nosotros cambia instantánea y dramáticamente, y de formas que incluso las organizaciones más avanzadas apenas pueden predecir.

A medida que definimos una “nueva normalidad” basada en la disrupción constante, debemos de aceptar el hecho que viviremos, por lo próximos años, momentos de gran incertidumbre. Nos sentiremos inquietos, confundidos y más vulnerables que nunca. Por por esta razón, empezamos a ceder nuestro poder para definir y escribir el futuro, a las empresas. Ahora más que nunca, estamos tomando una mayor conciencia, como individuos y consumidores, sobre nuestra responsabilidad al momento de elegir cuales marcas consumir. Comenzamos a considerar nuestras elecciones de compra como votos de confianza. 


Por esta razón, nos preguntamos, ¿cuál es el rol de las marcas en un mundo incierto? 

En primer lugar, lograr anticipar las necesidades de los individuos, las sociedades y el planeta, pues atrás quedarán los tiempos donde primaba la opinión y satisfacción de los shareholders. De ahora en adelante, las empresas deberán de considerar el impacto y el beneficio de sus acciones hacia todos sus stakeholders. 

En segundo lugar, las marcas deberán establecer y fomentar conexiones basadas en la honestidad y transparencia, ya que en tiempos de incertidumbre, las personas recurren a marcas confiables en busca de comodidad y afirmación. Como consumidores, necesitaremos que las marcas sirvan de guías para ayudar a trazar el camino por delante. 

Sin embargo, estos son objetivos que se lograrán a largo plazo ya que generan gran complejidad para las empresas, y más aún durante los tiempos que estamos viviendo. 

No obstante, hemos escuchado de marcas que han logrado perseverar a pesar de las dificultades que vivimos, y que han logrado inspirar y generar un impacto positivo de forma casi inmediata. 

Pero, ¿cómo pueden estas empresas, durante estos tiempos, desarrollar resiliencia y lograr establecer confianza con sus consumidores?


Existen tres principios que han resultado imprescindibles para aprender navegar durante tiempos de incertidumbre:

1. Liderazgo Ágil

Es hora de abandonar el modo de supervivencia y es el momento de tomar decisiones basadas en perspectiva, no en inmediatez. Esto requiere de líderes con la capacidad de tomar un paso atrás y ver más allá del caos, capaces de tomar acción a través del contexto cambiante con dirección, agilidad y empatía.

Comenzando por dirección, las organizaciones deben de descifrar su propósito y ambiciones para así poder enmarcar los posibles desafíos que se presentarán a lo largo del camino. A medida que implementen su plan de acción, deberán de poner en marcha su agilidad, su capacidad para combinar esa visión fija a largo plazo con una acción flexible a corto plazo. Y finalmente, trabajar en la empatía, un valor necesario para poder entender y anticipar las emociones y necesidades de los stakeholders.


2. Reciprocidad

Atrás quedan las marcas que imponen y damos lugar las marcas que nos llevan en un viaje compartido. Hoy en día, la construcción de una marca eficaz se basa en un proceso continuo de conversación y co-creación, siendo esta la fórmula ideal para lograr que una marca sea coherente, diferente y cercana. Ahora más que nunca, conectamos con las marcas que nos invitan a ser parte de su historia.


3. Relevancia

Las marcas con presencia, aquellas que quedan en el top of mind de los consumidores, son aquellas que forman parte de la conversación de una manera que las hace parte de la cultura general.

Hoy por hoy, el impacto de una marca va más allá de lo que venden. Su misión debe alinearse con los mismos ideales, valores y prioridades de los consumidores, creando afinidad entre ellas y convirtiéndose en un elemento de la cotidianidad de las personas. Sin embargo, con esto, debemos reconocer que una marca no será para todos, habrá que elegir encantar a algunos y alienar a otros, trazando líneas claras.


Estos son tan sólo alguno de los principios claves que las organizaciones deberán de adoptar para poder perseverar pese a la incertidumbre que caracterizará los años por venir. Y esto apenas comienza, tan solo empezamos a comprender las implicaciones de vivir en un mundo ambiguo. Pero si algo es seguro, es que ninguna organización operará de la misma forma. Es el momento de cuestionarse procesos, imaginar realidades alternas y establecer nuevas relacionarse con los consumidores.