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Los errores más comunes al diseñar la carta del restaurante

Los errores más comunes al diseñar la carta del restaurante

 

En los 7 años que llevé encabecé el departamento de marketing de Goiko habremos diseñado al menos 50 versiones de la carta, e impreso al menos unas 20-25 de ellas. 

Se puede decir que sacamos una pequeña especialización en cartas de hamburguesas.  Ahora, sinceramente no recuerdo cuál fue la primera que estrenamos sin ningún error ortográfico o error de impresión. Imprimir una carta libre de errores es difícil y conlleva mucha revisión.

Uno de los primeros diseños que hice fue el individual de las mesas. Solo existía el primer Goiko en María de Molina y yo emocionada mandé a imprimir unos 4 meses de individuales (¡en ese momento eran muchos!).

Los mantelitos llegaron preciosos y yo estaba muy emocionada, hasta que de repente me doy cuenta que la parte principal del mantel decía lo siguiente:

¡Las Mejores Hambuguesas de Madrid!

😱
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😱

Yo obviamente me iba a morir. Al final le di la vuelta y ofrecimos caña gratis a todo el que consiguiera el error en Instagram.

Con el tiempo tuvimos que diseñar un protocolo de revisión para que este tipo de errores no sucedieran. 

Puedo resumir los errores más comunes al diseñar la carta del restaurante en 6:

1. Pensar que “esta sí es” la definitiva.

La carta de un restaurante es una obra en continua mejora. No existe la carta perfecta. Muchos emprendedores atrasan sus aperturas al no haber llegado a la carta perfecta. La carta al final la decide el cliente y debemos estar abiertos a cambiarla y modificarla constantemente.

2. Intentar venderme lo que nadie compra.

Esto sucede muchísimo. He visto en infinitas cartas como intentan venderme el producto que nadie compra, como un intento de “esta vez sí lo vendemos”.  La estrategia correcta es venderme el producto estrella, el que sabes que me va a encantar para  garantizar que tendré una experiencia positiva y querré volver.

3. Dejarlo todo a la creatividad del cliente.

Está muy en tendencia darle la posibilidad al cliente que personalice todo. Esto está muy bien, pero debemos acompañarlo con opciones listas para comer donde el cliente no tiene que pensar demasiado. 

4. Usar demasiado texto.

Aunque soy la primera fan del storytelling, debemos tener claro cuando contar una historia y cuándo no. No queremos que la experiencia sea leer la carta. Si usamos demasiado texto posiblemente el cliente se fastidie de leer y le causemos agobio. Mejor al grano. El storytelling lo contamos en otro lado.

5. Hacerla infinita.

Cuando tratamos de hacer todo terminamos haciendo muy pocas cosas verdaderamente bien. Cada restaurante tiene su especialidad y debemos enfocarnos en constantemente mejorar esa oferta. A veces la desesperación nos ataca y como respuesta añadimos nuevos platos (poco coherentes) a la oferta.  La solución no está ahí. 

6. Imprimirla con errores ortográficos 

Es muy probable que si solo tú lees la carta se imprima con errores de ortografía o redacción. A veces pasa porque estamos apurados. La recomendación es diseñar un proceso de revisión donde más de 3 personas lean la carta en búsqueda de errores (y alguno revise que todos los precios están bien). 

Con cada carta aprendí a mejorar y a entender que la ubicación de cada producto y la forma en que estaba diseñada tenía un impacto en las ventas y en el product mix.

También aprendí que no existe la carta perfecta, que cada carta debe ser mejor y que cada una de ellas es una oportunidad para aprender.

¿Tienes alguno más para sumar?